FISICA CUANTICA Y LA REALIDAD
La realidad existe en función
de la percepción que tenemos de ella, y ésta, forma parte de la Conciencia.

Algunos físicos no se sienten cómodos con la idea de que todos los sucesos cuánticos individuales sean aleatorios de manera innata. Esta es la razón por la cual muchos han propuesto teorías más completas, que sugieran que los eventos están (al menos parcialmente) gobernados por “variables ocultas” extras. Ahora físicos austriacos afirman haber realizado un experimento que descarta a una clase amplia de teorías sobre variables ocultas que se centran en el realismo; lo cual da lugar a la consecuencia nada sencilla de que la realidad no existe cuando no la estamos observando (Nature 446 871).
Hace
unos 40 años, el físico John Bell predijo que muchas teorías basadas en
variables ocultas podrían ser descartadas si cierta inequidad experimental
(conocida como la “desigualdad de Bell”) se violase. En este experimento
por él ideado, una fuente lanza pares enlazados de fotones polarizados
linealmente en direcciones opuestas hacia dos polarizadores, los cuales pueden
variar en orientación. La mecánica cuántica dice que debería existir una alta
correlación entre los resultados en los polarizadores, porque los fotones
“deciden” juntos instantáneamente que polarización asumen en el momento de la
medición, incluso aunque estén separados en el espacio. Las variables ocultas,
sin embargo, dicen que estas decisiones instantáneas no nos necesarias, porque
la misma correlación fuerte podría lograrse si los fotones recibieran de antemano
(de algún modo) información acerca de la orientación de los polarizadores.
El truco de Bell, por consiguiente,
era decidir como orientar los polarizadores solo después de que los fotones
abandonasen la fuente. Si las variables ocultas existiesen, serían incapaces de
conocer la orientación, y por tanto los resultados solo estarían
correlacionados la mitad de las veces. Por otro lado, si la mecánica cuántica
era correcta, los resultados tendrían que estar mucho más correlacionados – en
otras palabras, se violaría la desigualdad de Bell.
Muchas realizaciones de este
experimento planificado por Bell han ciertamente verificado la violación de su
desigualdad. Por ello, todas las teorías basadas en variables-ocultas han sido
descartadas en base a la suposición colectiva del realismo, lo cual significa
que la realidad existe cuando no la estamos obervando; y a la locadad, lo cual
significa que dos sucesos separados no pueden influirse instantáneamente. Pero
una violación de la desigualdad de Bell no nos dice específicamente cual de las
suposiciones – realismo, localidad o ambas – es discordante con la mecánica
cuántica.
Markus Aspelmeyer, Anton Zeilinger
y sus colegas de la Universidad de Viena, han demostrado ahora sin embargo que
el realismo es un problema mayor que el de la localidad en el mundo cuántico.
Para demostrarlo han ideado un experimento que viola una desigualdad diferente
propuesta por el físico Anthony Leggett en el año 2003 y que se basa solo en el
realismo, lo cual relaja la dependencia en la localida. Para hacer esto, en
lugar de tomar medidas a lo largo de solo un plano de polarización, el equipo
austriaco tomó medidas en planos adicionales perpendiculares, para de este modo
comprobar la polarización elíptica.
Descubrieron que, al igual que en las realizaciones del
experimento ideado por Bell, la desigualdad de Leggett también se viola –
enfatizando la afirmación de la mecánica cuántica que sostiene que la realidad
no existe cuando no la observamos. “Nuestro estudio demuestra que solo con
renunciar al concepto de localidad no sería suficiente para obtener una
descripción más completa de la mecánica cuántica”, comentó Aspelmeyer a Physics Web. “También se debería renunciar a unos
cuantos rasgos intuitivos del realismo”.
Sin embargo, Alain Aspect, uno de
los físicos que realizó el primer experimento tipo Bell en la década de 1980,
cree que las conclusiones filosóficas del equipo no son objetivas. “Existen
otros tipos de modelos no-locales que no son abordados ni por las desigualdades
de Leggett ni por el experimento”, comenta. “Pero también comparto el punto de
vista de que esta clase de debates, acompañados por experimentos como los
realizados por el equipo austriaco, nos permite profundizar en los misterios de
la mecánica cuántica”.
BIBLIOGRAFIA:
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